domingo, 9 de octubre de 2011

Mediterráneo


El viernes salimos a pescar con el velero de Arturo, él, su hijo Marco, mi padre y yo. En principio se auguraba una mala tarde para pescar, ya que las predicciones climatológicas no eran muy buenas, pero al final lo pasamos estupendamente: entre risas  y emociones fuimos  sacando  bacoretas, atunes y llampugas. 
Con mucho más criterio que antes vamos escogiendo las moscas adecuadas para cada especie, y la verdad es que ya tenemos un buen surtido de éstas en varios tamaños, formas y colores que no nos defraudan.


Miguel (sobrino de Arturo) con una bonita Bacoreta  de hace un par de semanas.
Un gusto verlo pescar tan bien y sobre todo tan ilusionado con la edad que tiene.
¡¡¡Felicidades!!!


Servidor con una llampuga.


Ya estoy ansioso por volver a salir a por estos peces,  y verlos saltar rabiosos después de zambullir la mosca.
La pesca a mosca en el velero  no es que sea excesivamente sencilla o ideal,  ya que  existen un montón de obstáculos físicos que la dificultan, pero también tiene su punto romántico ya que, si el tiempo lo permite y se puede navegar a vela, es una experiencia muy bonita.

A ver si tenemos suerte y el próximo día podemos echar al agua los patos para poder acercarnos mucho más a las pajareras o a las zonas donde puede haber llampugas, y pescarlas desde éste.



Bacoreta.


De vuelta a puerto entre  picadas  y una puesta de sol muy bonita  pudimos hacer también algunas fotos Marco y yo, aunque con el movimiento del barco nos fue algo complicado.





Saludos


No hay comentarios:

Publicar un comentario