miércoles, 17 de agosto de 2011

Salmones y Aventuras en Alaska

¡¡¡Por fin en casa!!!  Muchísimas horas de vuelos y un sinfin de problemas por parte del lodge donde nos alojábamos, que ha sido totalmente un desastre y ha perjudicado bastante la pesca. Ahora sólo queda recordar los salmones que hemos sacado, los amigos que hemos hecho, y las risas que hemos tenido ante la situación tan irreal que hemos vivido.



Arturo, Jorge y yo en Talkeetna, Alaska

 Comenzamos la semana muy bien: una entrada muy buena de salmones Chum y Pink nos hizo disfrutar muchísimo. Pudimos comprobar la lucha que estos peces ofrecen, sobre todo si estaban recién entrados. ¡Vi salir tantos metros de backing de mi carrete...!


Arturo y yo en el estuario del Montana Creek.







Largas derivas de las moscas con terminales hundidos ha sido la técnica que más he utilizado para pescarlos, ya que son peces que no se suelen desplazar por nuestras moscas. Basta un pequeño parón en la linea para clavar y comenzar el escándalo!



Arturo y Jorge con un doblete.

En ocasiones era tan fuerte la entrada de salmones que era sencillo tener clavados 6 y 7 a la vez entre la gente que estábamos en el mismo lugar.
Es impresionante ver cientos y cientos de salmones pasar por delate de uno en pocas horas.


Streamers rosas y morados fueron los más productivos.


Es cierto que no es nada difícil coger un salmón "robado", ya que en ocasiones es tal la población, que  en el levantado de la mosca sin querer se clava alguno. Pero se puede aprender a no robarlos. El 95% de los salmones que nosotros sacamos fueron con la mosca por la boca.


Jorge y yo con una hembra y macho de Chum en el Willow Creek.


Arturo y un bonito salmon.




Fue un auténtico espectáculo ver los King frezar y luchar por su vida. Tuvimos la suerte de ver y grabar dos machos luchando por una hembra a mordisco limpio. Pescando en el Montana tuvimos varios clavados y, aunque parezca raro, todos fueron pescados con grandes ninfas para salmón de las que se utilizan aquí para el Atlántico.




 

  

Jack de King  pescado entre truchas.

Con Pablo, uno de los guías.


Sin duda ninguna los salmones con los que mejor me lo pase fueron los Pink, sobre todo con sus hembras, pescándolas al hilo como si pescáramos aquí truchas. Peces con mucho poder que entraron muy bien a nuestras ninfas.


Macho de Pink en el Montana River.

Hembra de Pink en el Clear Creek.














2 comentarios:

  1. Enhorabuena por tal experiencia Carlos. Estos viajes no se olvidan en la vida.

    Un abrazo.

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  2. Carlos, fantástico blog, no te tenia fichado, pero por el de Víctor he dado contigo, muy buenas las fotos, es algo que me gusta bastante.
    Ya te tengo en lista, te iré siguiendo.
    Un saludo.

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